OutRun – El OutRun existe

Quizá me equivoque, pero voy a arriesgarme. Desde que yo mismo lo pensé, me dio por creer que, cuando a ciertas personas se les antoja querer ser desarrollador/a de videojuegos pero NUNCA han estudiado nada al respecto, las primeras ideas que tienen son parecidas entre si. Más que parecidas: iguales, a modo de pensamiento universal. En especial si se tiene la delicadeza de pensar en ideas sencillas, cosas básicas que den puntos. En este empeño, entonces, se fuerzan a ver la realidad con otros ojos, y cada movimiento o rasgo que ven se convierte en una fuente potencial de gameplay. Como envolver a una hormiga con la sombra de tu mano y evitar que dicha hormiga toque la luz del sol. Eso ya es un juego. Con estos ojos, tu propio cuerpo puede ser también esa fuente. Por lo general avanzas en una dirección fija, hacia delante, como en casi todo videojuego de acción, así que, ¿por qué no explotar eso? Reconociendo esto, pasamos al segundo paso: Si tú eres tu propio personaje, tu avatar, entonces también tiene que haber alguna clase de obstáculo. Y ese obstáculo principal no es otro que la gente, siempre en medio. Pero pasar a través de ella no es desafiante… falta algo, darle a tu cuerpo una característica: correr. Ahora ya lo tienes todo: un avatar, una característica propia y obstáculos que sortear.

Eyeshield gif

Esta forma de ver la realidad me parece una idea primigenia, básica y, si mi apuesta es cierta, quizá hasta algo común para adquirir nociones de gameplay. Pero Yu Suzuki se adelantó y se hizo con ella hace más de 30 años años para crear OutRun. Pero no la tomó exactamente igual: cambió a las personas por coches, las multitudes por curvas y la música de MP3 y cascos (de existir por aquel entonces) por cassetes y la radio del coche. Y muchos más cambios y transformaciones, los necesarios para dar al proyecto un propósito. Al final, la obra OutRun trata sobre el placer de conducir, no de correr. El arte son los paisajes y tu terreno de juego, la carretera.

 

Pero aunque esté basado en cierta expresión física de correr, OutRun, a pesar de sus logros, no es tan libre como la velocidad en la que se inspira. Tienes la libertad de escoger una canción antes de abrirte a la carretera; tienes la libertad de conocer hasta 14 paisajes diferentes (seguro que si sales a correr no sueles tener tantas opciones) durante tu viaje; pero no tienes la libertad de disfrutar a tu antojo. Todo por su herencia arcade, que hace que la experiencia de conducción se resuma en esta frase de JonTron: “If you do the thing, and you do it right, and you don’t fuck it up… it works. It just works.” También se puede resumir esta frase en concentración pura y dura, pero la realidad es que el videojuego detesta que alcances sitios nuevos por primera vez, y hará lo posible por hacerte chocar. Cuando choques te demorará 10 valiosos segundos para alcanzar la alta velocidad de antes y, si chocas por segunda vez, olvídate de llegar a la meta. Toca echar otra moneda. Bueno, tocaba. Pero no para empezar desde donde te has quedado, no, sino desde el principio.

De corazón es un arcade, y lo que sigue ofreciendo a día de hoy podría decirse que es una exp-herencia.

 

Hace poco jugué Belmont’s Revenge (GB), y lo que me enseñó es que, lo que en un principio puede parecer una mala broma, un desafío mal planteado, quizá no sea más que la primera visión de las cosas. Quizá hayas sobredimensionado la situación ante ti. Que, probando a insistir, se puede acabar viendo el mismo escenario con otros ojos porque ha adquirido un valor simbólico, quizá hasta personal. El gameplay de OutRun pende de un hilo con el grosor y longitud de una carretera, pero sigue pendiendo de él. Los laterales son amenazantes. A pesar de ello, desarrollar tu talento para OutRun tiene un significado en sí mismo: insistir para aprender a disfrutar. Y que disfrutar no es algo enteramente pasivo, sino más bien al contrario.

EL VIDEOJUEGO OUTRUN

Hablemos sobre plenitud. Y sobre viajes. Sin importar lo largo o corto que sea ese viaje, sea de un JRPG o de un juego de aventura, lo importante es la plenitud del mismo. Es arriesgado, pero introducir inteligentemente una parte aburrida para que la siguiente sea una epifanía también es una opción a considerar. OutRun hace las veces de viaje y de un maestro que te enseña a viajar. Hay una diferencia abismal entre lo que te da y lo que ya tenías antes de empezar. Te da la música, te da el coche, pero en cuanto a gameplay solo te da el cambio de marcha. Tú, en cambio, tienes tus manos, tu atención, tu capacidad para detectar ciertos patrones y, sobre todo, has de tener la disposición de usar ese cambio de marcha. Se te ha dado poco, pero se te ha dado para algo. Es esta clase de uso e ignorancia de opciones lo que me hace preguntarme si, a veces, o muchas veces, hay jugadores que se embisten una y otra vez contra los mismos problemas de la misma manera para posteriormente quejarse. No creo que haya un consenso sobre cuantas veces ha de fallar uno para aprender sobre ese fallo, pero la determinación de probar las cosas de una sola manera es hacer de tu viaje una línea recta. Es preparar una y otra vez el escenario de la embestida, no un nuevo escenario. La embestida en OutRun es literal, pero el derrape previo nunca es del todo igual.

Eyeshield gif 3

Pero es parte del proceso. Mi conclusión es que siempre es mejor que fallar sea algo inevitable. Toca aprender, y tras conocerlo acabo viendo en OutRun y sus obstáculos un juego de plataformas. Uno sin saltos, claro.

    • ¿Enemigos? Los coches. ¿Cómo se les hace desaparecer? Adelantándolos: método no-violento de superación.
    • ¿Niveles? Si, 14. Y el primero es el prototipo de 1er nivel feliz y verde, a lo Green Hill Zone. En este caso, una playa. Los 13 niveles restantes poseen características propias. Estrecheces, carreteras dobles, pasillos con profundidad de campo, fondos para confundir un poco tu vista, curvas largas y prolongadas, zig-zags recurrentes, mayor proliferación de coches, terreno arenoso, etc. Algunas carreteras combinan dos o más de estas características para constituir sus niveles.
    • Cronómetro. Y de los que tienen una importancia especial para aportar tensión, como en Solomon’s Key. El tiempo es tu gasolina.
    • Y sobre todo, un terreno físico con margen de que sea domado, que no dominado, por el jugador. La versión jugada para este texto, la de SEGA Ages, le da más vida a este apartado, haciendo posible no solo un desorden de escenarios, sino que cada uno luzca diferente de los originales de Yu Suzuki. También se puede manipular el tráfico y el cronómetro.

Sea o no un plataformas, al menos tengo claro que estos rasgos me hacen disfrutarlo como si fuera uno.

OUTRUN EXISTE

Esta vez tengo la impresión de que he ido de menos a más. He empezado hablando de qué es lo que no hace y hace funcionar a OutRun, hablando de rasgos y fallos que solo un videojuego podría tener. Posteriormente he comentado los rasgos referentes al aprendizaje y una capa nueva de conocimiento consecuente de él, lo cual acerca más el asunto a un contexto real. Así que quizá lo hayáis adivinado ya: OutRun es una adaptación. Un port. Un port de la realidad, como lo son en realidad todos los videojuegos. Cuando sales a correr y, con una anticipación previa, empiezas a regatear personas, gente, introduciéndote y saliendo con gracia de las multitudes, estás viviendo en tus carnes el fundamento de OutRun. Un núcleo de gameplay que puedes palpar si te ves capaz. El mayor desafío en el videojuego es esa curva que consideras imposible que salga limpia. En la realidad, es esa aglomeración impenetrable de masa humana que te hace volver atrás. Pero como OutRun es un videojuego, convierte esa realidad en un sueño que puedes hacer realidad. No me mires así, sé que lo has entendido.

Al final, lo que OutRun me dice a mi es una actitud que ya tenía pensada desde hace un tiempo, pero que esta obra enfatiza:

No hace falta ser famoso para destacar en una multitud. Con salir a correr sobra. Con disfrutar, sobra. Si crees que eso no es tan fácil como simplemente decírtelo o que te lo deseen, quizá necesites una razón antes. Pero no es fácil de decir, porque la finalidad de tus esfuerzos es desconocida. ¿Qué creéis? ¿Que salir a correr siempre sienta igual de bien?

Ahora, si me disculpáis, voy a salir a hacer un poco de OutRun.

Eyeshield gif 2

Deja un comentario